Hoy quisiera traerte esta reflexión que he hecho en los últimos meses, porque si bien me queda claro que todo empieza por uno mismo, a veces me he preguntado porqué me causa tanta molestia e incomodidad no obtener algo de los demás (que puede ser comprensión, atención, gentileza, tiempo, etc.) y es ahí donde entendí que generalmente existe una relación muy estrecha entre lo que quisiéramos o esperamos de los demás (las famosas y malditas expectativas que tanto nos afligen) y lo que no nos estamos dando a nosotros mismos.
Te doy un ejemplo claro, a todos nos ha pasado de sentirnos incomprendidos y sentirnos muy molestos por no obtenerla hacia afuera, pero cuando meditamos un poco nos damos cuenta que ni nosotros mismos nos comprendemos plenamente, entonces surge espontánea la pregunta… ¿cómo vamos a exigir esto a los demás si ni siquiera nosotros mismos podemos cumplir con esta expectativa?
Y lo mismo pasa con la atención y el tiempo, cuántas veces nos hemos quejado de no obtenerlas de nuestros seres queridos, y si analizamos tenemos semanas o hasta meses que no nos dedicamos un poco de tiempo a nosotros y a nuestro bienestar, para cuidar de nuestro cuerpo, pero también de nuestro espíritu haciendo cosas que nos llevan a sentirnos de nuevo en armonía, como puede ser hacer ejercicio, leer, meditar, hacer yoga, cocinar algo rico y saludable, hacernos un tratamiento de belleza o relajarnos con una taza de té conversando con un amigo.
Wayne Dyer, gran psicólogo, profesor y escritor nos dejó una frase maravillosa: “Nunca podrás encontrar en otro, lo que primero no has encontrado dentro de ti”.
Cada día es una nueva oportunidad para aprender algo nuevo y poner en práctica ese conocimiento, así que hoy mismo puedes empezar a darte a ti mismo TODO eso que esperas obtener de quienes te rodean, y verás cómo todo cambia, porque como decía Mahatma Gandhi: “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.