El concepto de “savoring” que viene de la psicología positiva es el observar, apreciar y saborear cada momento, estando presentes en cada instante por lo que se incrementa la intensidad y la duración de experiencias y emociones positivas.
Es maravilloso tener la oportunidad de apreciar cada detalle de una experiencia, atesorarla y gozar de ese momento al máximo, porque es la manera en que hacemos contacto profundo con nuestro ser interior, con nuestros deseos y anhelos y con el bienestar genuino que no es pasajero, porque no se enfoca ni depende de lo que estimula nuestros 5 sentidos y que por lo tanto intrínsecamente no puede gozar de un estado de impermanencia.
Fred Bryant, psicólogo social de la Universidad de Loyola de Chicago, es considerado el padre de la investigación en esta materia y lo explicó como el esfuerzo intencionado y deliberado a que una experiencia positiva perdure.
Se puede manifestar en tres formas: la anticipación (el disfrute o emoción previendo un determinado evento), estando en el presente (es decir, gozando, reforzando y haciendo durar la experiencia positiva presente) y recordando (una vez que la experiencia positiva haya pasado y haciéndolo se revive la experiencia positiva).
Se ha demostrado en numerosos estudios que el “savoring” tiene efectos positivos en las relaciones interpersonales de los sujetos que lo actúan, mejora su salud física y mental y ayuda en encontrar creativamente soluciones a los problemas, disminuyendo por ende, sensaciones negativas como la desesperanza o la tristeza.
Todos podemos ponerlo en práctica, y entre más lo hagamos más fácilmente se volverá un sano hábito que podremos integrar para nuestro bienestar… y el de los que nos rodean.
Por Selene Guglielmi